La vida de hoy es muy distinta de la de hace diez años y la manera en que nos relacionamos es diferente. También han aparecido comunidades que conviven bajo un mismo techo: algunos furros se han independizado parcial o totalmente de su familia y comparten una casa o departamento con otros furros. Vivir juntos puede ser un verdadero infierno o una experiencia inolvidable. Todo depende de qué tanto se haya planeado y se tomen las precauciones necesarias para una convivencia entre los miembros del nuevo hogar.
Las razones que cada uno tenga para independizarse pueden ser múltiples: aventura, convivencia con amigos, problemas familiares, estar lejos de la propia casa estudiando en la universidad, etc. Estas razones son frecuentemente ignoradas por los demás y olvidadas por uno mismo precisamente porque hay algo más inmediato: vivir con más furros.
El objetivo de este artículo es darte algunos tips importantes que debes tener en cuenta cuando estés considerando vivir con otros furros, aunque puede aplicarse en lo general a cualquier tipo de persona e incluso si sólo quieres independizarte.
1. Debes estar seguro
Si quieres independizarte, primero debes tener la seguridad de que quieres hacerlo. Hay una gran diferencia entre hacerlo por problemas familiares a vivir lejos de tu casa por estudios y extrañar el “hogar lejano”. Pero de cualquier manera, recuerda que vivir solo o con roommates (personas con quienes compartir el gasto de la renta) implica una responsabilidad muy diferente a vivir con tu familia. ¿Por qué? Por una palabra: responsabilidad.
Todo lo que hagas viviendo lejos de tu familia será enteramente tu responsabilidad civil y legal. Ahora deberás responder tú por lo que haces: por faltas u omisiones que puedan suceder, por responder ante tu arrendatario por la renta, por pagar cada uno de los conceptos de vivir independiente. Pero no te asustes, no es tan grave como suena, siempre y cuando conozcas tus derechos y tengas el sentido común del respeto hacia los demás.
Rentar un departamento con otras personas también es un acto legal. Es decir: puede que el contrato de arrendamiento no está a tu nombre pero sí existe un contrato verbal que es legal, lo que quiere decir que si te desapareces un día del departamento no estés exento de pagar tu parte de la renta. Esa es tu responsabilidad y la ley no te exime de ella.
2. Debes ser optimista
Aunque la vida lejos de la familia es increíble, no viene sin un precio. La verdad es que los primeros meses de tu nueva vida “en manada” será un tremendo caos y debes aceptarlo como tal. Más que sufrir, divi??rtete hasta donde sea posible de todas las desventuras que pasarás y que son parte inevitable de la experiencia. Un día olvidar??s pagar la luz o el tel??fono o el gas a tiempo y te cortar??n el servicio, algún roommate inundar?? la cocina y posiblemente hasta hayan peleas entre ustedes. Pero todo esto es normal y no debe desorientarte. Te puedo asegurar que en unos años más recordar??s todos esos problemas con una sonrisa, aunque en el momento tengas ganas de salir y patear a alguien.
También debes de tener algo en mente, en internet todos tenemos nuestra fursona y expresamos una manera de ser, recuerda que cuando te mudas con ellos, no te estas mudando con esa fursona, sino con la persona detrás, que es un ser humano con virtudes y defectos, eso es algo muy importante que siempre tienes que tener presente.
3. Planea tus gastos con anticipación
Aunque parece fácil, planear los gastos que necesitas hacer requiere su técnica y organización. Lo que quizá te cueste más trabajo es supeditar lo imprescindible con lo deseable. Antes no te preocupaba pagar renta y podías comprar un videojuego, por ejemplo. Ahora lo importante es pagar la renta y el videojuego queda en segundo término.
Primero, asímate a tu presupuesto fijo mensual, ya sin impuestos. Eso te dar?? una idea de si puedes solo con los gastos o no. Entonces puedes decidir si vivir solo o acompañado. Pero este paso tan importante debes hacerlo antes de mudarte o puedes encontrarte en una situación comprometida o hacerles pasar a tus roomies por algo que no les corresponde.
Un estimado a considerar como tu capacidad de pagar el alquiler de un departamento es de ?? del total de tu ingreso mensual. Es decir: si ganas seis mil pesos, deberáas poder disponer de 1,500 de esa cantidad para el pago de tu parte de la renta. Puede ser más de ese porcentaje, pero el objetivo es hacer que te quede dinero extra para emergencias, esos gastos inesperados que aparecen de repente y que de ello te quede un poco para irte haciendo un patrimonio que puedas usar más adelante en algo importante. No, un carro no es importante. Lo veremos más adelante.
Es muy importante que nunca superes tu capacidad mensual de pago. Si lo haces es muy probable que la presi??n con la que vivas sea mucho mayor y pueda causarte problemas con tus amigos, o te sientas mal por no poder participar en actividades con ellos que requieran de una pequeña inversión monetaria.
Ahora un punto importante: si tú planeas tus gastos, es lógico, justo y necesario que los demás hagan lo mismo. ??Ir??as a vivir con alguien que no tiene organizado sus gastos y que no cumple a la hora de pagar la renta o el tel??fono? Creo que la respuesta la sabes y aunque sea muy tu amigo, debes considerar que una cosa es la amistad y otra el independizarte. No las confundas.
4. La ley número uno: privacidad
Cuando planeas mudarte a vivir con otros, es genial pensar en compartirlo todo. Un sentimiento de camarader??a te inunda. Como en algunas series de televisión, piensas en meterte a la habitación de tu roommate a platicar sin tocar siquiera la puerta. En la vida real, eso no es nada saludable.
Es importante que cada uno de los miembros del nuevo hogar tenga su espacio privado y que cada quién decida qué es ese espacio y cómo lo delimita, pero es esencial que exista. Todo ser viviente tenemos un espacio alrededor nuestro que llamamos “espacio vital” o, si quieres, “espacio personal” que en realidad es nuestro territorio, ese lugar al que acudimos a escondernos y donde sabemos que no nos ve nadie.
Seguramente has viajado en el metro o autob??s de tu ciudad y te dar??s cuenta de que hay un límite de distancia entre las personas que marca la diferencia entre un viaje cómodo y uno que no lo es en absoluto. Si vas sentado cómodamente y la persona de al lado va bien sentada y no se mueve, es posible que ni siquiera notes su presencia. Pero si tu vecino de viaje está dormitando y sientes su cabeza tocar tu hombro o extiende las piernas a tu espacio, esa comodidad se termina. Aunque la persona ya no se recargue en ti el resto del viaje y recoja la pierna, el hecho de tenerla tan cercana sabiendo que puede romper ese límite que es tuyo, te hace sentir incómodo. Y en realidad, ??no te ha hecho nada! ¿Eres un ogro? No, ni tampoco una mala persona. Es una reacción natural reclamar tu territorio, tu espacio vital.
Este espacio vital es muy pequeño cuando estamos en las calles, pero en tu casa debe ser amplio porque no sólo es tu propio espacio vital sino el de tus pertenencias o la habitación que es tuya y en la que tienes todo organizado o completamente tirado. Eso lo decidiste t??. Es tu espacio propio y tiene toques de tu personalidad.
Cuando varias personas viven juntas en un nuevo hogar, hay una batalla interna propia entre los diferentes territorios de los integrantes. ??Te acuerdas que te peleaste con tu hermano porque se puso tu ropa favorita? ??O tus zapatos? ??O us?? tus juguetes? Es precisamente de eso de lo que estoy hablando: ese espacio que es tuyo y por el que peleas incluso con miembros de tu familia.
Así que si consideras que tu nuevo compañero de vivienda exager?? al ponerse a gritar como simio porque tomaste ese viejo lápiz que viste sobre el escritorio de su cuarto, consid??ralo una vez más: no te odia ni hace drama por nada. Sólo está mostróndote los límites de su espacio vital, un espacio ajeno que debes respetar.
Es muy importante que platiques con tus futuros compañeros sobre las reglas que habrá en la casa que habitar??n juntos, principalmente la privacidad. ??Se vale entrar a tu cuarto sin que toquen la puerta?, ??sin tu permiso?, ??qué tomen prestada tu ropa limpia? Tu compartes tu vida con tus compañeros y deben quedar claros los límites, pero las visitas son punto y aparte, que también deben ser discutidas antes de asociarse.
Nunca debes dar nada por hecho o te encontrarás con situaciones muy molestas. Piensa por ti, pero no por los demás. Hasta el detalle más pequeño, como dejar la ropa tirada o no lavar los trastes inmediatamente, tiene importancia, y no se vale enojarse con tu roommate si invade tu espacio personal sin que le dijeras que eso te molesta. ¿Por qué no hacerlo antes? ¿Para qué esperar a que lleguen los problemas?
Los siguientes son ejemplo de algunas reglas que puedes implementar junto con tus compañeros:
- Nunca tomes nada sin pedirlo. Si lo tienes que hacer con urgencia, explica después que lo hiciste.
- Si te lo prestaron, regr??salo; si no está el dueño, d??jalo en un lugar seguro o espera a d??rselo a él personalmente. No uses intermediarios.
- Nadie puede decirte nada del orden en tu cuarto. Es tu santuario siempre y cuando no afecte a los demás (olores, riesgo sanitario, ruido).
- Avisa cuándo y a quién llevar??s a casa, no necesitas pedir permiso pero por seguridad debes hacerlo.
- Si tienes visitas, aseg??rate de cuidar que no tomen o da??en propiedad de todos o de alguno de tus roommates.
- Aseg??rate de no dejar tirado nada tuyo en las ??reas comunes (sala, baño, cocina”)
- La casa es de todos, por lo que todos tienen la responsabilidad de los pagos de servicios sin excepción. De todos los servicios, aunque no se usen.
- Para los furros felinos: Las bolas de pelo en la alfombra no son bonito adorno.
- Para los furros caninos: no es divertido andar recogiendo tus juguetes en todos lados.
- Ceiling Cat siempre te ve
5. Juntos pero no revueltos
Uno de los errores más frecuentes en todos (s??, incluidos los furros) al mudarse con otros es considerar que deben andar siempre juntos y hacer todo juntos. Suena bonito” en el papel. En la prácticaa no es tan agradable. Además recuerda: tu objetivo fundamental al irte a vivir con otros era independizarte. Suelen suceder situaciones incómodas:
Quieres ir a una reunión de furros con el tigre que no le cae bien a tu roommate, con quien siempre haces todo. Tu roommate se va a sentir desplazado porque andas “con los otros”. Y si no vas, el tigre pensar?? que ya te lavaron el cerebro. Tu vida debe continuar siendo tuya. ??Compart??as todo con tu familia? No. Te reservabas una gran cantidad para ti y tus amigos. Pero ahora tus amigos son con quienes vives. ??Debes compartir todo con ellos? Con el paso del tiempo te dar??s cuenta que no.
Tu vida privada es tuya, no de tus roommates. En ningún momento debe cambiar eso. El respeto al espacio personal debe seguir siendo una regla inquebrantable. Nadie tiene el derecho de decirte con quién salir o no. Ni en tu familia ni fuera de ella. Eso lo decides t??. Sólo hay un pequeño punto: si la reunión de ustedes dos se lleva a cabo en tu casa, entonces los demás tienen ese derecho, siempre y cuando les afecte su espacio personal y rompan las reglas establecidas al principio.
Es importante que comprendas que el hecho de compartir gastos y hasta ser amigos y tener confidencias no significa que en toda y cada una de las actividades que tengas deben estar ellos. Así, pronto dejar??s de verlos como amigos y si como estorbos. Y de paso descubriráas que no estarías siendo realmente independiente.
6. Y la más importante: divi??rtanse
Algo que se olvida con mucha frecuencia es la razón por la que eligieron vivir con otros compañeros. ¿Por qué habráas de irte a vivir con desconocidos? Porque son amigos y porque pensaron que sería divertido. Sí, puede llegar a serlo. Pero no des por hecho que son tus amigos sólo por vivir juntos. Una amistad debe ser cuidada y estimulada. A diario. Si llegaron a ser amigos es porque hubo trato continuo, no fue de la noche a la ma??ana. Así que divi??rtete. Sigue jugando con ellos como antes, con los mismos detalles que siempre tuvieron entre s??. Notar??s que la relación cambiará poco a poco, pero siguen siendo amigos. Sobre todo: date a respetar y no pierdas de vista que el valor más importante de una amistad es la confianza y que, una vez perdida, difácilmente se recupera.
por “el Cha”