La vida a principios del siglo XX, cuando el mundo estaba en plena Primera Guerra Mundial, no debía ser fácil. Tampoco lo es para Will Stoneman, un chico que ve truncado su ingreso a la escuela por la muerte de su padre. Para continuar solo hay dos alternativas: vender los perros de tiro (de un trineo) de su padre y salir de deudas o ingresar a una carrera de más de 500 millas durante el invierno entre dos poblaciones de Canadá a Estados Unidos.

Aunque la madre se opone, finalmente lo logra y es entrenado por un ayudante de su padre quien le dice: “El primer día dormir??s cinco horas; el segundo, cuatro; el tercero, tres” y el último día no podrás dormir si quieres ganar la carrera”.

La vida de la granja de sus padres y su futuro escolar están en juego. Debe ganar o perder diez mil dólares, que en ese entonces eran una fortuna, sobre todo si se tiene en cuenta que es el periodo de la Primera Guerra Mundial. Will es novato en las carreras y el tiro de perros es desconocido para él: eran de su padre y él no había trabajado con ellos. El primer obstáculo viene cuando en la ceremonia de inauguración de la carrera: por haberse inscrito tarde, tiene una multa de 10 dólares y él solo tiene tres.

Competidores de 2008

Un periodista que cubrir?? la carrera aporta el dinero restante y lo apoya, pues ve la oportunidad de tener su artículo en primera plana. La carrera dura varios días y se ve a un chico que cada día está más agotado, mientras que el resto de los competidores están frescos. Hay trampas, el hombre rudo que lo quiere descalificar y no puede, apoyo, emociones, ayuda solidaria hacia un competidor que está a punto de morir” hasta que Will gana, completamente agotado.

La historia es buena y los escenarios también. Quizá el único punto que está flojo es el trato hacia los animales. En esa película el espectador considera a Will como el triunfador, pero el director no hizo el menor esfuerzo por hacer del chico y de sus perros un equipo. Salvo al principio de la carrera y cuando su perro principal es herido, no se ve al muchacho alimentarse o preocuparse por sus perros: no les da de beber ni los alimenta. Al final, los perros casi pasan desapercibidos en la meta mientras los asistentes van a rodear al ganador.

Competidores de 1914

Quizá si la película hubiera dejado de lado el aspecto heroico del chico, el resultado hubiera sido más s??lido y se hubiera mostrado la importancia de los perros en esas regiones nevadas.

Como detalle interesante, los ferrocarriles que se usaron en ella fueron reales, por lo que los maquinistas fueron empleados del Lake Superior Railroad Museum, de donde salieron las m??quinas. Cuando aparecen las banderas de EUA en la película, se usan banderas con 50 estrellas pero justo en la época a que se refiere la película, las banderas de EUA sólo ten an 48.

Historia de las carreras de trineos

Los perros fueron usados en el norte del mundo como una ayuda para transportarse en las zonas nevadas. Eran invaluables para sobrevivir en climas duros y para el transporte y trabajo. Canadá, Alaska, Noruega, Suecia, Finlandia, Groenlandia y la extensa región que fuera la Uniñn Sovi??tica los usaban. En 1920, el avi??n comenzó a reemplazar a los perros en muchos aspectos y con la llegada de la motonieve, fueron a menos pero aún hoy siguen siendo más importantes en algunas tareas.

La primera carrera de trineos jaladas por perros se organiz?? en 1908 y se llamí All-Alaska Sweepstakes.

Justamente acaba de cumplir cien años y su premio actual es de cien mil dólares. Pero ya no es la única. Varias más se han abierto, usando la fuerza de los perros de tiro para ganar.
Ficha técnica

Nombre original: Iron Will
Director: Charles Haid
Gui??n: John Michael Hayes y Djordje Milicevic
Año: 1994
Género: Aventura
Reparto: Macckenzie Astin, Kevin Spacey, David Ogden Stiers, Brian Cox”
Duración: 108 minutos
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés

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